Se inauguró el Parque Natural Lago Lugano
El jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, inauguró este jueves la primera etapa del Parque Natural Lago Lugano, un nuevo espacio verde protegido ubicado en el límite entre Villa Soldati y el Riachuelo, al que calificó como “un símbolo” de la agenda verde que lleva adelante su gestión.
“Es increíble pensar que acá había un basural a cielo abierto, totalmente trucho, acumulado de décadas de desidia, de abandono. Esto era un símbolo del abandono y hoy es símbolo de la vida. Lo lindo es que hubo mucha participación de vecinos del barrio, de voluntarios, de ONG dedicadas a temas ambientales. No solo recuperamos un espacio de la Ciudad sino que lo transformamos en un símbolo de nuestra agenda verde”, resaltó.
Acompañado por el ministro de Ambiente y Espacio Público, Eduardo Macchiavelli; por el presidente de la Agencia de Protección Ambiental, Juan Filgueira; por la presidenta de Corporación Buenos Aires Sur, Karina Spalla, y por la directora ejecutiva de la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar), Gladys González, el Jefe de Gobierno valoró la creación de espacios verdes en la Ciudad y explicó que la nueva iniciativa forma parte de un plan “más ambicioso”.
“Estamos creando muchos espacios verdes en la Ciudad. Obviamente este tiene una connotación especial por la biodiversidad, por de dónde venimos y por el contacto con el lago. Pero además, es parte muy importante de un plan más grande que es la recuperación de toda la cuenca Matanza-Riachuelo. Tenemos un plan ambicioso que hoy está en muy buenas manos, en un equipo que está trabajando en eso, no solo dentro de la Ciudad, sino en el marco del Acumar con la Provincia y la Ciudad”, enfatizó.
El Parque Natural Lago Lugano abarca las 36 hectáreas que rodean al Lago Lugano y las costas del Arroyo Cildáñez y busca proteger la flora y la fauna del lugar, la mayoría, autóctona. Cabe destacar que en el predio funcionaba como un basural clandestino de escombros.
La idea es que el nuevo espacio verde represente los paisajes originales de la Ciudad para trabajar en educación ambiental, generar proyectos de investigación y desarrollar formas de intervención de bajo impacto que pueden ser aplicadas a otras áreas protegidas.
En ese marco, Macchiavelli aseguró que la obra es “un orgullo” para el Gobierno de la Ciudad porque el lugar “era un basural y lo convertimos merced al trabajo persistente y silencioso”.
“Queremos que este sea un lugar donde podamos disfrutar de la fauna, de la flora, similar a la Reserva Ecológica, y tiene que ver con este trabajo que estamos haciendo de generar cada vez más espacios verdes, más lugares para que los vecinos puedan disfrutar del espacio público”, añadió.
Por su parte, Filgueira remarcó la importancia que tuvo el trabajo coordinado de varios actores, como vecinos y Organizaciones no gubernamentales especializadas en temas ambientales.
“Trabajamos sobre todo con alumnos de las escuelas públicas de la Ciudad, que nos ayudaron mucho en el tema de plantación de árboles, y también con vecinos del barrio. Tuvimos la colaboración y el asesoramiento técnico de varias ONG, que en la parte estratégica nos ayudan a pensar cuál es la mejor forma de cuidar este tipo de lugares”, sostuvo.
En esta primera etapa, que contempla la zona entre el arroyo Cildañez y la antigua casa de bombas, se llevaron a cabo diversas obras como la limpieza del predio y retiro de escombros; el diseño y mantenimiento de más de 1000 metros de senderos de interpretación ambiental (más de 700 metros son accesibles para personas en silla de ruedas); se construyó un centro de atención al visitante con criterios bioclimáticos y construcción sustentable; la incorporación de luminarias led abastecidas por un sistema solar fotovoltaico; se plantaron más de 350 plantas autóctonas; y se recuperó el puente que cruza el Arroyo Cildáñez.
También se instaló cartelería educativa y señalética; se construyó una playa de estacionamiento para vehículos particulares y escolares; se instaló un laboratorio para investigaciones de campo; se instalaron de humedales artificiales que contribuyen a mejorar la calidad del agua.
Como el predio está emplazado sobre un antiguo meandro del Riachuelo, creció vegetación autóctona compuesta por más de 200 tipos de plantas, entre las que especialistas de APrA descubrieron una especie única que sólo se encuentra en este lugar: la Orquídea de Talar (Chloraea membranácea), que crece naturalmente en las costas del lago y se convirtió en un ícono del lugar y uno de los principales motivos para proteger el área. Además, se identificaron más de 37 especies de mariposas, 57 de insectos; 99 de aves (3 de las cuales migran desde Canadá y Estados Unidos), 10 de peces, 7 de mamíferos, 6 de anfibios y 5 de reptiles.
Cabe resaltar que la iniciativa mejora las condiciones del aire y el agua del lugar al tiempo que el Parque revitaliza la zona sur y genera conectividad biológica al sumarse al corredor de conservación de la biodiversidad en el que también se encuentran las Reservas Ecológicas de Costanera Sur y Costanera Norte.