Instalan desfibriladores en todas las sedes comunales
Son equipos sencillos que permiten asistir casos cardíacos de extrema urgencia. También se capacitó al personal debido a que siete de cada diez muertes súbitas se producen fuera de centros hospitalarios.
Es una medida preventiva que se está expandiendo tanto a nivel privado como público, y que responde a la necesidad de asistir casos de urgencia extrema en espacios con gran afluencia de gente y falta de mano de obra médica, como lo son empresas, escuelas y organismos estatales.
Con estadísticas que hablan de 40 mil muertes súbitas al año, de las cuales siete de cada diez se producen fuera de un centro hospitalario, el Gobierno porteño decidió convertir a las sedes comunales en espacios cardioprotegidos.
Para materializar la propuesta, instalaron desfibriladores externos automáticos (DEA) en todas las sedes y subsedes comunales de la Ciudad, como así también en el edificio donde funciona la Secretaría de Descentralización. A su vez, se capacitó al personal que trabaja en estas dependencias tanto en el uso del equipamiento, como en las demás técnicas de Reanimación Cardiopulmonar (RCP).
“Mientras más seamos los que sepamos cómo desempeñarnos ante un episodio cardiovascular, más protegidos estaremos y más vidas salvaremos. Vamos a continuar con la instalación de equipos como éstos en edificios municipales e instituciones deportivas. También vamos a capacitar a los vecinos", comentó el vicejefe porteño, Diego Santilli.
Los desfibriladores son equipos sencillos que analizan el ritmo del corazón y que pueden ser manipulados por cualquier persona que haya tomado el curso. Estos aparatos funcionan realizando un diagnóstico al paciente y administrando las descargas eléctricas en caso de necesitarlo, logrando restablecer el ritmo cardíaco del individuo afectado.