Nuevo esquema de vacunación contra la polio
El Ministerio de Salud informó de la modificación del esquema contra la polio en el Calendario Nacional de Vacunación que a partir de mayo constará de dos dosis de vacuna inactivada contra la polio (IPV), conocida como Salk, y tres dosis de vacuna oral bivalente contra la poliomielitis, conocida como Sabin bivalente, acción mundial que permitirá avanzar en la fase final para la erradicación de la poliomielitis a nivel global.
Este nuevo esquema de cinco aplicaciones, la primera dosis de Salk inyectable se aplica a los dos meses; la segunda dosis de Salk a los cuatro meses; luego dos dosis de vacuna Sabin oral bivalente, a los seis meses y entre los 15 y 18 meses respectivamente, para finalmente aplicar un refuerzo de vacuna Sabin oral bivalente al ingreso escolar (5 - 6 años).
En los casos de los niños que hayan iniciado el esquema de vacunación contra la polio antes de la modifiacion, los equipos de salud de los vacunatorios de todo el país informarán a los padres el esquema a seguir para asegurar la protección adecuada contra la poliomielitis
Este cambio, del que participan 123 países, entre ellos Argentina, se produce en el marco de la Fase Final para la Erradicación de la Poliomielitis 2013-2018, que tiene por objetivo un mundo libre de polio para el año 2018. Esta estrategia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó el retiro de todas las vacunas orales contra la poliomielitis para 2018, iniciando la retirada del componente 2 de la misma en abril de 2016.
Para lograr este objetivo, el Ministerio de Salud de la Nación ya distribuyó a todo el país las dosis de la vacuna Salk y Sabin bivalente necesarias para sustituir la Sabin trivalente, y poder de esta manera cumplir con el nuevo esquema de vacunación contra la poliomielitis.
Acerca de la poliomielitis
La poliomielitis es una enfermedad viral, sumamente contagiosa, que afecta principalmente a niños menores de 5 años. Se transmite de persona a persona, a través de los alimentos y agua contaminados, y se multiplica en el intestino, de donde puede invadir el sistema nervioso y causar parálisis en cuestión de horas. Si bien no tiene cura, es prevenible a través de la vacunación.
Los síntomas iniciales de la enfermedad son fiebre, cansancio, cefalea, vómitos, rigidez del cuello y dolores en los miembros. Una de cada 200 infecciones produce una parálisis irreversible –generalmente de las piernas–, y un 5% a 10% de estos casos fallecen por parálisis de los músculos respiratorios.